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página de filosofía de jesús ángel martín materiales didácticos sobre KANT:
1. Características socioeconómicas del s. XVIII
2. La figura del Ilustrado.
3. la Ilustración en Francia.
4. La Ilustración en Alemania.
5. Concepciones de: 5.1 La Razón:
5.2 la Naturaleza:
5.3 el Progreso:
5.4 la Teoría Social:
Cfr. TEJEDOR CAMPOMANES. Historia de la Filosofía. Ed. S.M. 1.986 pp.254-272 CUESTIONARIO sobre la Filosofía de KANT
1. Introducción 1.1 ¿Cuáles son los antecedentes de la filosofía kantiana? 1.2 ¿Cuáles son las características de la ilustración alemana? 1.3 ¿Cuáles son los intereses filosóficos de Kant? 1.4 ¿Por qué se llama método trascendental o crítico a la filosofía kantiana? 1.5 ¿Cuáles son la facultades más importantes del hombre y sus funciones? 2. Crítica de la Razón Pura: EL CONOCER 2.1 ¿Cuál es el problema fundamental de la filosofía kantiana? 2.2 ¿Cuáles son las condiciones que debe tener el conocimiento? 2.3 ¿Cuáles son las características de un juicio sintético a priori? 2.4 ¿Qué facultades intervienen en el conocimiento y cuál es su función? 2.5 ¿Qué es para Kant la materia y la forma de los conocimientos? ¿Qué diferencia hay entre fenómeno y noúmeno? 2.6 ¿Qué son el espacio y el tiempo y cuál es su función en el conocimiento? Cómo se legitima el conocimiento matemático? 2.7 ¿Qué son las categorías a priori del entendimiento? ¿Cuáles son y cómo se obtienen? ¿Qué función tienen y cómo se usan? ¿Cómo se legitima el conocimiento en física? 2.8 ¿Qué son las ideas de la Razón, cuáles y cuál su función? ¿Cuáles son las críticas de Kant a la metafísica? ¿Puede existir la metafísica? 2.9 ¿En qué consiste la llamada "revolución copernicana de Kant? 3. Crítica de la Razón Práctica: LA ÉTICA 3.1 ¿Cuál es el objetivo fundamental de la ética kantina? 3.2 ¿Por qué critica las éticas materiales? 3.3 ¿Por qué la moral kantiana es formal? 3.4 ¿Cuál es el imperativo categórico y por qué es categórico? 3.5 ¿Cuál es la función de la libertad en el sistema ético de Kant? 3.6 ¿En que cosiste el deber para el individuo? ¿Y la virtud? 3.7 ¿Cuáles son los postulados de la razón práctica y por qué los son? 4. Crítica del Juicio: EL JUICIO ESTÉTICO Y TELEOLÓGICO 4.1 ¿Cuáles son las características del juicio estético? 4.2 ¿Cuáles son los objetivos fundamentales de la esperanza humana?
Líneas principales del pensamiento de Kant Kant es el máximo representante de la Ilustración alemana, caracterizada por su inclinación a una filosofía pura y especulativa. Su vida y su obra están totalmente dedicadas a un pensamiento que quería ser emancipador de la humanidad. Llama la atención que, sin haber salido prácticamente de su ciudad natal, Konigsberg, Kant estuvo al tanto de todos los movimientos científicos, filosóficos y políticos de su época, de los que su obra es un reflejo y una síntesis original. La primera filosofía de Kant, que se conoce como período dogmático, está influida por el racionalismo de Wolff, cuyo pensamiento repercutió en toda la filosofía posterior por su labor de sistematización rigurosa de la doctrina y terminología filosóficas. Su Disertación de 1770 es el punto de partida de la filosofía crítica, característica del kantismo. Este giro hacia una filosofía propia habría empezado a producirse, en palabras del mismo Kant, cuando la lectura de Hume le despertó de su «sueño dogmático». El criticismo kantiano pretende examinar racionalmente los fundamentos y los límites de nuestra capacidad racional para dar respuesta a los cuatro tipos de problemas que nos interesan: ¿qué podemos conocer?, ¿qué debemos hacer?, ¿qué me cabe esperar? y ¿qué es el hombre? Este último es el tema-síntesis que interesa siempre al pensamiento ilustrado. La Crítica de la razón pura responde a la pregunta ¿qué puedo conocer? Kant parte de que existen ciencias ya constituidas (la lógica, las matemáticas y la física) y también de que los humanos tenemos una disposición fundamental, de carácter metafísico, que nos inclina a ir siempre más allá de lo que sabemos, a preguntar siempre «¿por qué?». Así, la pregunta que le interesa responder es: «¿Es posible satisfacer esa necesidad metafísica?». Para contestarla, estudia las condiciones que hacen posible la existencia de dichas ciencias. Estas son ciencias porque formulan juicios sintéticos a priori: sintéticos porque extienden nuestro conocimiento del mundo, y a priori porque son universales y necesarios. Para que nuestros juicios incrementen lo que ya conocemos, es necesario que recibamos, al experimentar el mundo, un material nuevo: todo conocimiento comienza por la experiencia, como decían los empiristas. Pero, como la experiencia siempre se obtiene en un momento y por un sujeto determinado, si el conocimiento se fundamentara únicamente en ella, sería siempre subjetivo y contingente. Solo si admitimos que hay una forma de conocer común a todos los sujetos y que sea válida para cualquier experiencia posible, es decir, a priori, podremos explicar satisfactoriamente el conocimiento científico. Esto sólo es posible en los juicios matemáticos, que son un análisis a priori de las categorías de la sensibilidad, espacio y tiempo y en la física, cuyos juicios se basan en la aplicación a la experiencia de las doce categorías del entendimiento. ¿Es posible que la metafísica formule estos juicios que constituyen la ciencia? No, porque la metafísica pretende conocer objetos que no son empíricos, de los que nunca recibimos intuiciones sensibles, de las que se nutre el verdadero conocimiento. Además, si impulsados por la necesidad metafísica de ir más allá, de preguntar por qué existen tales objetos, intentamos conocer la unidad de todos los objetos, bajo la guía de las tres ideas a priori de la razón (yo, mundo y Dios) y les aplicamos las categorías como si fueran objetos, utilizamos estas de forma ilegítima, puesto que su uso correcto se da solo cuando pensamos en los objetos de experiencia. Por tanto, tenemos que declarar ilusorio o imposible (a pesar de la necesidad que nos impulsa a buscarlo) el conocimiento de algo suprasensible.La Crítica de la razón práctica responde a la pregunta ¿qué debo hacer? La razón no solo tiene un uso teórico, sino también un uso práctico. No se trata de dos razones distintas, sino de dos usos de la misma razón, cuyo dominio Kant, corno hombre de la Ilustración, trata de extender a todos los órdenes de la vida.Para Kant, la existencia de la ley moral es un hecho de la razón práctica que nadie puede negar. Se trata de buscar, pues, su fundamento corno regla de las conductas concretas independientemente de las circunstancias.Los deseos solo pueden impulsar el querer, no producir el deber. <El deber no posee absolutamente ningún sentido si solo nos atenemos al curso de la naturaleza,,. De aquí parte la crítica kantiana de las éticas materiales y la propuesta de una ética formal.Una ética formal, acorde con la dignidad de la razón, nos dice solo cómo debe querer la voluntad y, por eso, la forma que adquiere la ley moral solo puede ser la de un imperativo no condicionado o categórico, que es válido a priori: «Obra de tal modo que la máxima de tu acción pueda convertirse en ley universal.. De esta forma, solo hay un bien propiamente moral: la buena voluntad, que actúa por puro respeto a la ley moral. Solo ella se hace digna de la felicidad. La unión de la virtud y la felicidad constituye el sumo bien del hombre. Su consecución en este mundo, incluso para el hombre virtuoso, es problemática. De esta constatación se derivan los postulados de la razón práctica: libertad, in-mortalidad del alma y existencia de Dios. Estos postulados no nos permiten conocer esas realidades metafísicas (ya lo había dicho en la Crítica de la razón pura), sino solo pensarlas como fundadas.La Crítica del juicio enlaza el determinismo natural y la libertad moral La Crítica del juicio se considera un enlace entre las dos Críticas precedentes, pues trata de relacionar la naturaleza fenoménica, que conocemos según las leyes a priori de la razón teórica, y la acción moral, que regula la razón en su uso práctico. Ese vínculo es el mundo como totalidad, la tercera idea metafísica, que Kant funda racionalmente como condición de posibilidad de la realización histórica del hombre.Después de los juicios teóricos y prácticos analizados anteriormente, aquí se revisan dos tipos de juicios:
La consideración de la naturaleza como sistema de fines nos lleva al caso del hombre, que, como ser racional que actúa bajo la ley moral, es «único fin final de la existencia del mundo. Fin final es el «fin que no precisa de ningún otro como condición de su posibilidad», y, en cuanto incondicionado, no lo puede producir la naturaleza. El hombre, pues, considerado como noúmeno, es el único ser natural en el que podemos reconocer una capacidad suprasensible (la libertad) que puede proponerse como fin supremo (el sumo bien en el mundo). Pero, como ya hemos visto en la Crítica de la razón práctica, el ideal moral de unidad entre virtud y felicidad —y en un plano histórico podíamos añadir entre justicia, desarrollo cívico y moral y bienestar económico—, no se pueden pensar enlazadas de forma natural, más bien suelen estar sepa-radas o, cuando van unidas, no suelen ser adecuadas al fin final pensado. Esta es la razón de que Kant conjeture una causa moral del mundo, un autor del mundo que reconcilie a ambas: Dios.Con la crítica de los juicios estéticos y teleológicos, Kant considera haber terminado el análisis crítico de la razón y deja abierta la puerta para la elaboración del sistema filosófico que, ahora ya sí, sería científico. Pero no fue posible, pues su larga vida llegaba a su término y ya aparecían en el horizonte filosófico nuevas posiciones (de sus discípulos, Fichte, Herder, y de sus amigos, como Jacobi), críticas de la crítica, que darían origen a los nuevos planteamientos del idealismo alemán, muy alejados, por su desmesura especulativa, de la sobriedad racional del clasicismo ilustrado. Historia, política y Derecho «Hubo un tiempo en el que yo consideraba que únicamente la búsqueda de la verdad constituiría la gloria de la humanidad, y despreciaba al hombre ordinario que nada sabía. Rousseau me puso en el recto ca-mino [...]; aprendí a conocer la recta naturaleza humana, y me consideraría mucho más inútil que el trabajador ordinario si no creyera que mi filosofia puede ayudar a los hombres a establecer sus derechos.» Dos son las obras que tienen un carácter directamente político: La idea de una historia universal en sentido cosmopolita y La paz perpetua (1795). Pero al analizar los escritos kantianos relativos a la cuestión social y política es necesario no olvidar las consecuencias que se derivan de las obras críticas anteriores. Kant sostiene que la historia humana es consecuencia de una tendencia finalista natural que conduce al ser humano al pleno desarrollo de sus facultades. Esa tendencia se da igualmente en la humanidad hacia la paz y la libertad, y conduce a una sociedad en la que exista, por un lado, la máxima libertad individual y, por otro, la más rigurosa determinación y seguridad de los límites de tal libertad a fin de que pueda coexistir con la libertad de los otros. Esta sociedad no puede sostenerse si se limita a pequeños Estados. Para Kant, evitar definitivamente el recurso a las guerras sólo puede conseguirse en el ámbito de acuerdos internacionales que garanticen los derechos de todos los Estados. En La paz perpetua Kant establece, en tres artículos, las condiciones para la consecución de la paz:
La finalidad de la historia, la consecución de una sociedad libre y pacífica, sólo es posible para Kant con el derecho. Si la moralidad exige el respeto a la ley por íntima convicción, el derecho regula la acción externa prescindiendo de la intención y recurre a la sanción para evitar ciertas acciones. Cuando esas normas se justifican por la sola razón estamos en el campo del derecho natural. Para Kant el derecho natural se concentra en un solo principio de carácter formal: el albedrío. «E1 derecho es el conjunto de condiciones por las que el libre albedrío puede concordarse con el de los demás según una ley general de libertad.» La idea de libertad está en la base de la concepción política de Kant. La sociedad política surge para garantizar la libertad de los ciudadanos según los principios puros del derecho. Tales principios son:
La concepción política de Kant, republicano y opuesto a la forma despótica de gobierno, es claramente liberal. El Estado de derecho, basado en la legalidad, prefigura, en el plan general de su filosofía de la historia, la esperanza de una autonomía de la voluntad siguiendo la ley moral. Relación de Kant con otros filósofos No se puede entender la filosofía kantiana sin referencia al racionalismo y al empirismo. La polémica entre las ideas innatas y las ideas adventicias había conducido a la filosofía aun callejón sin salida: el dogmatismo cartesiano o el escepticismo de Hume. Kant hallará la salida al descubrir el papel que juegan la sensibilidad y el entendimiento a la hora de construir los juicios sintéticos a priori; ellos son la base de nuestro conocimiento científico y en ellos se conjuga la aportación de la sensibilidad, que permite ampliar nuestros conocimientos, y el papel del entendimiento, que permite universalizarlos mediante el uso de las categorías. Fue la lectura de Hume, precisamente, la que le permitió iniciar el camino de la filosofía crítica mediante el análisis de las posibilidades y límites de nuestra facultad de conocer. Por ello se puede considerar a la filosofía kantiana como una superación de la polémica citada y, por tanto, de los límites del racionalismo y del empirismo. También cabe considerar un logro epistemológico de Kant la crítica que realiza a la metafísica; y en este sentido puede relacionarse su filosofía con la de Hume, por el paralelismo existente entre ambos autores al considerar que es imposible para la razón humana un conocimiento objetivo de las ideas de alma, mundo y Dios… En el plano político la lectura del Emilio o De la educación (1762), de Rousseau, ejerció en Kant un efecto profundo. En él debió influir ante todo, por la coincidencia con su propio ideal ilustrado, la idea de una educación para ser autónomo y libre. Kant confesó explícitamente su deuda con Rousseau. Así pues, Kant sufrió un importante cambio en sus perspectivas filosóficas por la impresión que le causó la lectura del Emilio. Esta obra influyó en su elección de tópicos filosóficos, sobre todo durante los años setenta (del siglo xviii). Por algún tiempo, adoptó el método de Rousseau (buscar hipótesis para explicar los hechos sociales y políticos), y, en especial, pensaba que era útil para perfeccionar antiguas teorías de la virtud. Pero Kant se convirtió pronto en un crítico de Rousseau, en parte porque consideraba que la escuela inglesa del sentimiento moral (Shaftesbury, Hutcheson) explicaba mejor la formación de la moralidad en el hombre. Desde el punto de vista del pensamiento sociopolítico, Kant difiere de la idea rousseauniana de un estado de naturaleza en el que el hombre sería bueno, independiente y feliz, además de estar guiado por un sano amor de sí. Mientras que Rousseau pone el lugar del hombre en la naturaleza y en la conciencia individual, Kant prefiere situarlo en la sociedad civil y en el espacio público. Según Kant, la hipótesis del estado de naturaleza es incompleta, pues no explicaría por sí sola la aparición de la cultura ni de una organización política y jurídica como la del Estado, ya que las haría innecesarias y, como realidades históricas existentes, no tendrían justificación ante la razón y, por tanto, no serían moralmente vinculantes para la conciencia individual. Es decir, «los hombres no llenarían el vacío de la creación en lo que se refiere a su destino como se-res de razón». Kant describe la insociabilidad con una serie de características dinámicas que forman un sistema de tendencias e impulsos (sobre todo, el ansia de «disponer de todo a placer) que le aproxima más a Hobbes ("El hombre es un lobo para el hombre") y al papel que Hume atribuye a la pasión a la hora de dirigir la vida moral y política. En efecto, para Hume, «la razón es, y solo debe ser, una esclava de las pasiones», y, aunque Kant no admitiría que estas tuvieran la última palabra en el ámbito de la práctica, sí está de acuerdo en otorgarles un papel dinamizador, sobre todo en los terrenos político e histórico. También podría decirse que la consideración kantiana de la historia anticipa en buena medida las ideas que Hegel materializará en su interpretación dialéctica de la evolución histórica; podrían citarse, por ejemplo, la idea de libertad, el papel de los individuos y el antagonismo entre ellos como motor de la historia, aunque también hay otros paralelismos interesantes. Dogmático. Según Kant, “la ciencia debe ser siempredogmática, es decir, debe demostrar con rigor a partir de principios a priori seguros”; por tanto, el uso crítico o correcto de la razón no se opone a un procedimiento dogmático. Pero esa razón crítica no debe incurrir en dogmatismo produciendo conocimientos de los que no podemos tener experiencia. Kant rechaza el dogmatismo entendido como «el procedimiento dogmático de la razón pura sin previa crítica de la propia capacidad». Así pues, con su concepto riguroso de «ciencia», Kant se opone tanto al escepticismo empirista como al dogmatismo acrítico del racionalismo puro. A priori/A posteriori. A priori es la forma de conocer de la sensibilidad, el entendimiento puro y la razón pura —tanto en su uso teórico como en su uso práctico—, que es independiente y anterior a la experiencia, pero que la hacen posible. El conocimiento a priori es universal y necesario. A posteriori o empírico es el conocimiento basado en la experiencia, y, en el campo práctico, los motivos o determinaciones de la voluntad por la experiencia Categorías. Es el nombre que da Kant a los conceptos puros o formas a priori del entendimiento, con las que pensamos los fenómenos empíricos percibiéndolos como objetos. Las categorías, según Kant, son doce, pues esas son las funciones unificadoras del entendimiento. Imperativo categórico. Los principios prácticos se dividen en subjetivos, o máximas por las que nuestra voluntad determina la acción, y objetivos, o leyes por las que nuestra voluntad es determinada a obrar. Por ello, a estos los denomina «imperativos». Si estos imperativos determinan a la voluntad por un efecto apetecido, son condicionados o hipotéticos, y Kant los llama «preceptos»; si la voluntad es determinada solo por el puro deber, de modo incondicional o categórico, son leyes morales. Postulados de la razón práctica. Son la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Ya que existe el deber, tenemos que admitir que somos libres; la libertad es una idea que se nos manifiesta como condición de posibilidad de la ley moral. Por otra parte, el cumplimiento de ese deber, de cuya existencia nadie puede dudar, exige que postulemos la posibilidad de la inmortalidad, ya que ese ideal de virtud no es posible en el corto espacio temporal de la vida. Y si la virtud merece la felicidad, la unión de ambas solo es pensable si admitimos como supuesto la existencia de Dios. Ninguna de esas tres ideas es objeto del conocimiento, sino solo postulados que hemos de admitir para explicar la moralidad.Noúmeno/Fenómeno. El noúmeno es el objeto posible de una intuición intelectual, no sensible. Pero el hombre no posee intuición intelectual. Por tanto, noúmeno tiene un sentido negativo; es un concepto límite por el cual algo se piensa como cosa en sí y no como objeto de los sentidos. El noúmeno es la cosa considerada como independiente del sujeto, aunque nosotros solo conocemos los fenómenos, la cosa en tanto que percibida por los sentidos. El fenómeno es la primera síntesis a priori, es decir, el resultado de aplicar las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo) a las impresiones que recibimos sensorialmente. Cuando vemos un objeto, lo vemos en el espacio y en el tiempo, es decir, como fenómeno. Eso significa, por una parte, que no lo percibimos tal como es en sí mismo; y, por otra, que la forma espacio-temporal de percibirlo la pone el sujeto. Pero no significa que sea una mera apariencia: el fenómeno es la forma objetiva como se nos presentan las cosas. Libertad. En el pensamiento kantiano, la libertad adquiere su sentido en el ámbito de la moral. La libertad es la condición de posibilidad del comportamiento moral; es decir, sin ella no existiría la moral. En este sentido, es uno de los postulados de la razón práctica. El individuo, en tanto que ser natural, está sometido a la causalidad en el mundo físico, en el que no hay, por ello, libertad, pero en tanto que ser moral es libre. Este es el problema que se plantea en la tercera antinomia (conflicto entre dos juicios ninguno de los cuales puede aceptarse con más razón que el otro) de la razón pura, de la que tratamos. Disposiciones originales del hombre. También llamadas «disposiciones naturales», son «fuerzas configuradoras» de la naturaleza según un fin, y diferencian nuestra especie de las demás especies animales. La fundamental es la razón como capacidad dispuesta para su desarrollo en múltiples direcciones, que Kant agrupa en disposiciones técnicas, disposiciones pragmáticas y disposición moral. Moralidad. Es un hecho que consiste en la existencia del deber: todo hombre se siente obligado a realizar unas acciones y a evitar otras. Según Kant, existen leyes que «determinan enteramente a priori el empleo de la libertad de un ser racional en general-. El hombre actúa moralmente cuando obra por deber, por respeto a la ley, no para evitar algún castigo o para conseguir alguna recompensa. Sociedad civil. Es la sociedad en cuanto que está regida por una constitución que regula el uso de mi libertad en relación con la de los demás bajo una autoridad legítima. Para Kant, en consonancia con el ideario ilustrado, dicha sociedad se fundamenta en el derecho al uso público de la razón y en la libertad de religión o no intromisión del poder en la cuestión religiosa.
ACTIVIDAD INTRODUCTORIA. Kant. La aventura del pensamiento Cuestionario
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